Sobre la resiliencia.
La resiliencia es la capacidad de afrontar con éxito las circunstancias difíciles que se presenten en la vida. Esta referida al nivel de resistencia que posee un ser vivo para adaptarse al medio y sobrevivir. En los seres humanos puede asociarse a las capacidades biológicas, psicológicas y sociales que le permiten restaurar su funcionamiento y salir fortalecidos de eventos traumáticos que afecten su integridad. Es básicamente una característica adaptativa que le permite continuar la vida, sobrevivir, encontrando recursos propios para atender la situación, extraer experiencia de la vivencia y recomponer la vida en un nuevo equilibrio. Resistir, adaptarse, modificar, transformar en si mismo y en su medioambiente, son características de las personas resilientes. También lo son su capacidad de leer el entorno y reconocer las posibilidades de acción dentro de la dificultad, un pensamiento flexible y creativo unido a una acción consecuente y la capacidad para ver con optimismo y buen humor el panorama que se le presenta. Ven ante la dificultad posibilidades de acción pues su locus de control es interno, es decir, tienen el control de su sentipensar y de las acciones necesarias para propiciar el cambio en un sentido favorable que los saque de la situación problemática. Caen y se levantan, ven y se preguntan sobre su caída, su responsabilidad en ella y los elementos del entorno que contribuyeron a dicha caída Eso los fortalece y amplia sus recursos a futuro. Eso les da un plus en situaciones cambiantes, en situaciones de incertidumbre y en general en situaciones dificiles. Es usted una persona resiliente? Conoce usted personas resilientes? Animese y desarrollela, es necesaria e importante, para usted, para otros, animelos.
Pedro Meneses Director de Enhorabuena espacio de desarrollo.
Y un orador dijo, «Háblenos de la Libertad». Y él contestó: En la puerta de la ciudad y al lado de tu chimenea te he visto postrarte y adorar tu propia libertad, Mientras esclavos se humillan ante un tirano y lo alaban aunque los mata, Sí, en la arboleda del templo y en la sombra de la ciudadela he visto los más libres de Ustedes. llevar su libertad como yugo y esposas. Y mi corazón se sangró adentro; porque sólo se puede estar libre cuando el deseo de buscar la libertad se vuelve en arnés, y cuando se deja de hablar de la libertad como meta y realización. Estarás libre de verdad no cuando tus días sean sin preocupación y tus noches sin deseo o pena, Sino cuando éstos te ciñen la vida, pero subes encima de ellos desnudo y desatado. Y, ¿cómo subirás más allá de tus días y noches a menos que rompas las cadenas que tú, en el amanecer de tu entendimiento, te has sujetado a tu mediodía? En verdad lo que tú llamas la libertad es la más fuerte de estas cadenas, aunque sus eslabones brillan en el sol y te deslumbran los ojos. Y, ¿qué es sino fragmentos de ti mismo de que desharías para estar libre? Si es una ley injusta que abolirías, esa ley fue escrita con tu propia mano en tu propia frente. No puedes borrarla por quemar los libros de ley ni por lavarles las frentes de tus jueces, aunque viertas el mar en ellos. Y si es el déspota que destronarías, asegúrate primero que su trono erigido dentro de ti esté destruido. Porque, ¿cómo puede gobernar un tirano a los libres y los orgullos sino por una tiranía en la libertad propia de ellos y una vergüenza propia en su orgullo? Y si es una preocupación de la cual te desharías, esa preocupación fue escogida por ti en vez de ser impuesta en ti. Y si es un miedo que disiparías, la sede de ese miedo está en tu corazón y no en la mano de él a quien temes. En verdad todo se mueve dentro de tu propio ser en medio-abrazo constante, lo deseado y lo temido, lo repugnante y lo querido, lo buscado y eso de lo que quieres escapar. Estas cosas se mueven dentro de ti como luces y sombras en parejas que se agarran. Y cuando la sombra se atenúa y no está jamás, la luz que se queda se vuelve en una sombra para otra luz. Y así tu libertad cuando pierde sus grilletes se vuelve en grillete de una libertad más grande.
Khalil Gibran El Profeta
Serás un hombre, hijo mío (Si)
"Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza
Si sabes esperar y a tu afán poner brida
O blanco de mentiras esgrimir la verdad
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores.
Si puedes soportan que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adora quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.
Si todas tu ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar.
Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.
Si entre la turba das a la virtud abrigo
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo
Si marchando con reyes del orgullo has triunfado
Si eres bueno con todos pero no demasiado
Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más serás hombre hijo mío.... "
Rudyard Kipling
Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: “¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!”… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!
—¿Un qué?
—Un hongo.
El principito estaba pálido de cólera.
—Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
El principito enrojeció y después continuó:
—Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: “Mi flor está allí, en alguna parte…” ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante!
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.
La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: “la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…”. No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
Antoine de Saint-Exupéry